Dicen que en los sueños y pesadillas se reviven lugares que ya alguna vez hemos pasado, y en ellos vemos personas que alguna vez ya vimos. Son creados por nuestro inconsciente.
Y empezó todo en una de esas fantasías de la mente, donde se encontraba un ángel riendo a escondidas en una terraza gris y su mirada clavada en el cielo como burlándose de Dios, como riendo de escapar sin peligro alguno.
Me le acerque y se me presentó. Su nombre no lo recuerdo, pero daba a entender que eran gotas finas que caían del cielo en las noches frías.
Del encuentro, el único desorientado era yo mismo y con timidez, ella me escondía sus alas. Se me paso el verano en esa siesta sentados al sol gris, entre eso confesó que la aterrorizaban las tormentas porque era cuando Dios lamentaba su inmortalidad.
Este ángel descubrió como la consecuencia de la ira del todopoderoso afectaba al simple humano. Sintió terror de la magnitud, y a la vez tuvo coraje.
Al experimentar su osadía, comprendió y naturalmente se volvió terrenal, sobre todo cuando se percató de la importancia de su revelamiento, sintió la revolución en ella y sólo con eso, se volvió hermosa como toda mujer en su lucha.
Nunca supe que hacía allí, ni como fue despojada de allá. Tengo una pintura fresca de sus ojos, donde se avistaban cosas que solo la ternura puede descifrar, como de esos paisajes que incita a descubrir y explorar.
Y creo que Dios creo un paraíso paralelo en sus ojos, pero nunca supe como llegó hasta mis sueños. Transcurrió el tiempo exacto para darme cuenta que mi alma quería vivir en ese paraíso y sentí celos por no ser el único en competencia.
Si bien logré despertar de esa siesta, nunca me despabile de ese sueño y mi alma todos los días buscaba a ese ángel que vagabundeaba en mi mente, es por eso que nunca nadie supo y nunca a nadie le conté.
¿Quién trataría con cordura a alguien que se enamora de un ángel desertor del cielo?
Cada vez que llueve sé que se esta escondiendo, me vuelvo loco intentando buscar los medios para ubicarla y calmar su terror.
Hubo tiempos lindos, abrazos etéreos, fueron tan mágicos que daban calor a pesar de no haber contacto.
Y la tecnología creada por el hombre no pudo reducir tal distancia, esos avances nunca podrán unir el suelo con el cielo, ni tampoco entregaran mi alma ya perdida a el paraíso de sus ojos.
Algun día se dará cuenta, -va salir a buscar lo que le pertenece-, eso que yo perdí y.. que perdimos.
Del encuentro, el único desorientado era yo mismo y con timidez, ella me escondía sus alas. Se me paso el verano en esa siesta sentados al sol gris, entre eso confesó que la aterrorizaban las tormentas porque era cuando Dios lamentaba su inmortalidad.
Este ángel descubrió como la consecuencia de la ira del todopoderoso afectaba al simple humano. Sintió terror de la magnitud, y a la vez tuvo coraje.
Al experimentar su osadía, comprendió y naturalmente se volvió terrenal, sobre todo cuando se percató de la importancia de su revelamiento, sintió la revolución en ella y sólo con eso, se volvió hermosa como toda mujer en su lucha.
Nunca supe que hacía allí, ni como fue despojada de allá. Tengo una pintura fresca de sus ojos, donde se avistaban cosas que solo la ternura puede descifrar, como de esos paisajes que incita a descubrir y explorar.
Y creo que Dios creo un paraíso paralelo en sus ojos, pero nunca supe como llegó hasta mis sueños. Transcurrió el tiempo exacto para darme cuenta que mi alma quería vivir en ese paraíso y sentí celos por no ser el único en competencia.
Si bien logré despertar de esa siesta, nunca me despabile de ese sueño y mi alma todos los días buscaba a ese ángel que vagabundeaba en mi mente, es por eso que nunca nadie supo y nunca a nadie le conté.
¿Quién trataría con cordura a alguien que se enamora de un ángel desertor del cielo?
Cada vez que llueve sé que se esta escondiendo, me vuelvo loco intentando buscar los medios para ubicarla y calmar su terror.
Hubo tiempos lindos, abrazos etéreos, fueron tan mágicos que daban calor a pesar de no haber contacto.
Y la tecnología creada por el hombre no pudo reducir tal distancia, esos avances nunca podrán unir el suelo con el cielo, ni tampoco entregaran mi alma ya perdida a el paraíso de sus ojos.
Algun día se dará cuenta, -va salir a buscar lo que le pertenece-, eso que yo perdí y.. que perdimos.