sábado, 17 de marzo de 2012

Frasco Razón

Cinco años encerrado desde aquel gesto noble, sus débiles extremidades nunca pudieron abrir esa rosca infinita. Aprendió a mirar el mundo a través de ese vidrio, como viendo llover por la ventana. Fue disfrutando cada flor coloreada a su paso pero nunca pudo inflarse el alma con cada aroma de aquellas.

Ese frasco fue pasando de mano en mano y de repisa a mostrador, muchos intentaron varios métodos para abrirlo sin resultado positivo, es más hasta lograron sellarlo más de lo que estaba. Resignado y abatido por la opinión, deje el envase escondido entre mis perfumes.

Semana de un misterioso clima, llegado el viernes decidí largarme pero algo vibraba en mi modular. Al abrir el mueble, entre hojas de vieja tarea de la secundaria, me encuentro con el mismo envase que había dejado allí hace años. Es que ha pasado tanto tiempo que ni me acordaba de él. Lo envolví entre paños y con la incertidumbre de intentar abrirlo, tomé el colectivo hacia la Ciudad Capital en busca de respuestas detalladas del destino de ese frasco.

Al llegar a la Ciudad, sabia que en algún momento iba a intentar destaparlo (Algo me decía que así sería). Entre risas cómplices y miradas seductoras logre ocultar el cristal entre mis ropas, fue peor para mí.. me sentía presionado por la vacilación.

Pasada la noche el sábado se sentó con nosotros en la mesa y después de soportarlo por un rato salimos a caminar, embriagados por la paranoia, el alcohol y el humo. La Ciudad nos iluminaba esta vez, era volver la película con el control remoto, donde la protagonista tomaba el papel principal una vez más y el escenario se repetía cinco años después.

De pronto, todo se volvió juventud, aunque no era de día como lo fue aquella vez. Se reflejaba la luna en sus dulces pupilas y la hice sentir hermosa como años atrás. La costanera en tinieblas y las palabras en voz baja tornó el ambiente, y por momentos presentí que iban a descubrir mi envase en cualquier momento.

Volvimos al departamento, la habitación nos asfixió de tanto aliento. Subimos a la terraza sus labios me buscaban pellizcar cada tanto que la tomaba por la cintura. Estando allí de cara a la calle y estando de espaldas a ella.. saqué el frasco, lo coloco al borde.

Su voz endulzaba mis oídos y un intento desesperado de abrazarla dejo caer el frasco al piso, fue todo tan repentino que sus ojos apagaron la noche, no la vi más, quede perplejo por lo sucedido

Sólo 4 estrellas me devolvieron a mi hogar esa infernal noche.

Los aficionados a los astros la llaman "Estrella del sur".